viernes, 4 de diciembre de 2015

TIRAMISÚ



Hoy cumple un año este blog, un año en el que este proyecto ha comenzado a tomar forma, despacio pero con paso firme, con ilusión y trabajo. Mil gracias a todos los que os paseáis de vez en cuando por aquí; es increíble llegar a tantos lugares desde este rincón de Valencia.

Y, para celebrarlo, he preparado este riquísimo tiramisú. Como sabéis, se trata de un postre italiano que nació a mediados del S.XX en la región del Véneto, y que se ha convertido en un dulce universal.

Es una receta laboriosa, pero que sin duda vale la pena preparar.

Ingredientes:

Para el bizcocho de soletilla:

- 90 gramos de harina.
- 75 gramos de azúcar.
- 3 huevos.
- Café.
- Una pizca de sal.

Para la crema:

- 250 gramos de queso mascarpone.
- 125 gramos de nata para montar con al menos un 35,1% de materia grasa.
- 50 gramos de azúcar.
- Dos huevos.
- Una cucharadita de vainilla en polvo.
- Una pizca de sal.
- Una cucharada de cacao puro. 

Necesitaremos:

- Una bandeja para hornear el bizcocho de soletilla.
- Una batidora de varillas (aunque resulta más laborioso, también se puede hacer a mano).
- Una espátula de silicona (aconsejable). 
- Un pincel de cocina. 
- Una manga pastelera. 
- Un colador de malla fina. 

Elaboración: 

Comenzamos preparando un café bien cargado, y reservamos. 

Continuamos con el bizcocho de soletilla. Tamizamos la harina y reservamos.

Separamos las claras de las yemas, y montamos las claras con una pizca de sal, con una batidora de varillas. En la mitad del proceso, añadimos el azúcar despacio, mientras continuamos batiendo hasta conseguir que queden firmes. Sabremos que lo hemos conseguido si volcamos el bol y las claras no caen.

Batimos las yemas con unas varillas, y las añadimos a las claras a punto de nieve, lentamente y con movimientos envolventes, para que no se nos desmonten las claras.

A continuación incorporamos la harina poco a poco, mezclando con una espátula con sumo cuidado, hasta conseguir una masa homogénea.

Forramos una bandeja para hornear con un papel de horno, y extendemos la masa con una espátula de silicona, cuidando que quede bien nivelada, con un grosor de un centímetro y medio, aproximadamente.

Precalentamos el horno a 150º, con calor arriba y abajo, y horneamos durante diez minutos aproximandamente. Dejamos enfriar el bizcocho sobre una rejilla.

Seguimos con la crema:

Comenzamos batiendo la nata con el queso mascarpone, con la batidora de varillas, hasta que quede muy firme. Reservamos en el frigorífico.

Separamos las claras de las yemas. Cocemos las yemas con el azúcar al baño maría, y una cucharadita de vainilla, sin dejar de moverlas para evitar que cuajen, durante diez minutos. Retiramos del fuego y dejamos enfríar. 

Montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal, con la batidora de varillas. 

A continuación, añadimos las yemas batidas a la mezcla de nata y mascarpone, y las mezclamos bien. Incorporamos también las claras montadas, con movimientos envolventes, utilizando una espátula de silicona, hasta conseguir una mezcla homogénea. Introducimos esta crema en una manga pastelera, con una boquilla redonda.

Y, para terminar, montamos nuestro tiramisú. Partimos el bizcocho por la mitad, y colocamos una de las mitades en una bandeja. Lo mojamos bien con café, utilizando un pincel de cocina, seguidamente ponemos una capa generosa de crema, y espolvoreamos con cacao en polvo, ayudándonos de un colador. Repetimos otra capa de bizcocho mojado con el café, y más crema, esta vez formando pequeños montoncitos que decoren nuestro tiramisú. Lo refrigeramos unas horas y, antes de servir, espolvoreamos con el cacao en polvo, utilizando el colador.  

Y listo, un postre maravilloso. 


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