lunes, 27 de noviembre de 2017

REDONDO DE TERNERA AL OPORTO


Hoy cocino un clásico maravilloso, ideal tanto en ocasiones especiales como en el día a día. Siempre intento que las recetas sean fáciles con un buen resultado, y ésta es un claro ejemplo de ello. Sólo dos premisas: una buena ternera y un buen vino de Oporto, y el plato se hace solo. Para acompañar, un puré de patata que le va fenomenal.

Ingredientes:

- Un redondo de ternera.
- Un diente de ajo.
- Dos cebollas.
- Dos zanahorias.
- Un vaso y medio de vino de Oporto.
- Dos vaso de caldo de ave.
- Una hoja de laurel.
- Aceite de oliva virgen.
- Pimienta negra recién molida.
- Sal.

Para el puré de patata:

- Un kilo de patatas (las mejores para el puré son las de la variedad ratte).
- 100 mililitros de leche.
- Aceite de oliva virgen, o mantequilla.
- Sal.

Preparación:

Pelamos y lavamos el ajo, las cebollas y las zanahorias. Cortamos las cebollas y zanahorias en trozos grandes, y dejamos el diente de ajo entero.

Limpiamos la carne quitando la grasa que la recubre, con un cuchillo afilado sobre una tabla de cortar.

Bridamos el redondo con hilo de cocina, para que mantenga su forma redonda durante el cocinado, y lo salpimentamos. En una cazuela amplia con aceite de oliva virgen, marcamos la carne por todos sus lados, retiramos y reservamos.

En ese mismo aceite, sofreímos el diente de ajo, la cebolla y la zanahoria, con una pizca de sal, hasta que se doren. Incorporamos la carne y regamos con el vino de Oporto. Cocemos durante cinco minutos para que evapore el alcohol, y añadimos el caldo de ave hasta cubrir la carne. Si no la cubrimos con la medida de caldo recomendada, podemos añadir más caldo o un poco de agua. Metemos la hoja de laurel en la cazuela, y cocemos durante dos horas tapado a fuego lento. De vez en cuando hay que dar la vuelta al redondo porque la salsa se va consumiendo, y de ese modo se cuece alternativamente dentro de la salsa.

Mientras se cocina la ternera, lavamos las patatas y las colocamos en un puchero amplio, cubrimos con agua y sazonamos. Las cocemos hasta que estén tiernas, retiramos y dejamos templar. Cuándo podamos manipularlas sin quemarnos, las pelamos y las pasamos por el pasapurés sobre una cazuela. Calentamos el puré a fuego lento mientras añadimos la leche y el aceite o mantequilla, removiendo continuamente para que no se nos pegue. La textura al gusto de cada cual, a más leche más suave quedará el puré. Yo lo he preparado espesito, para poder formar las quenelles. Comprobamos el punto de sazón, rectificamos si es necesario, y reservamos fuera del calor.

Transcurrido el tiempo de cocinado del redondo, lo sacamos de la cazuela y dejamos que se enfríe antes de lonchearlo. Mientras tanto, pasamos la salsa por el chino, machacando bien las hortalizas. La probamos, rectificamos el punto de sazón si es necesario, y reservamos.

Quitamos la brida al redondo de ternera, lo fileteamos en lonchas finas, y las calentamos con la salsa. Servimos acompañada de unas quenelles de puré de patata que habremos calentado previamente.

Consejos:

- La ternera hay que cortarla cuando esté fría, porque de lo contrario se nos romperá. Utilizad siempre un cuchillo grande y bien afilado.

- Si queremos una salsa más espesa, después de pasarla por el chino la calentamos en la cazuela, y cuando hierva añadimos una cucharada de maizena diluída en medio vaso de agua fría, removemos y dejamos que vuelva a hervir.

- La ternera congela perfectamente en una fiambrera bien tapada, y sumergida en su salsa.

- Está riquísima de un día para otro. Por eso es ideal para las celebraciones, porque podemos prepararla el día de antes y calentar en el último momento.

- Una quenelle se forma con dos cucharas, dando al alimento una forma redondeada. Para lograrlo, el puré de patata debe estar espeso. 

- El vino de Oporto es tinto y dulce, procedente de la ciudad portuguesa que le da nombre y mundialmente conocido. En esta receta es imprescindible para lograr su delicioso sabor.

- Podéis acompañar este plato con brócoli al vapor, espárragos verdes salteados, setas o champiñones.

- Bridar una carne es atarla para que no pierda su forma o, en el caso de piezas rellenas, para que no se salga el relleno.





 

viernes, 24 de noviembre de 2017

COCA DE LLANDA


Esta coca es típica de Valencia; se llama así porque se cocina en una llanda, lata en valenciano, grande, rectangular y con poca altura. Recuerdo que la preparaba mi madre en casa y que yo ni la probaba. Me parecía a ella, no me gustaban los dulces, aunque mi aversión hacia estas preparaciones desapareció hace un tiempo, cuando comencé a prepararlos yo.

Se trata de una coca de masa blanda, muy fácil de preparar, y con un resultado buenísimo. Los ingredientes son sencillos, y ni siquiera necesitamos pesarlos. Tan fácil que la de la foto la ha preparado mi marido, que casi no cocina. 

Ingredientes:

- Tres huevos.
- Un vaso de azúcar.
- Un vaso de leche.
- Un vaso de aceite de girasol
- Dos vasos y medio de harina.
- Tres sobres de gasificante (tres sobres blancos y tres sobres azules).
- Una pizca de sal.

*La medida es un vaso de tamaño normal, de los de agua.

Preparación:

En un bol batimos los huevos con el azúcar hasta que se integren, a mano con unas barillas, pero sin batir en exceso. Añadimos la leche y removemos con las varillas; hacemos lo mismo con el aceite, y seguidamente la harina con una pizca de sal. Añadimos los sobres de gasificante y removemos hasta que esté bien integrado.

Pincelamos con aceite de girasol la lata dónde vamos a hornear la coca, vertemos la masa en ella, y la horneamos a 150º durante veinte minutos, aproximadamente, o hasta que la superficie esté dorada.

Consejos:

- No hay que batir mucho los ingredientes, tan sólo mezclarlos con las varillas para que se integren y la masa no tenga grumos.

- El gasificante, también llamado litines o gasesosas, es un impulsor que se utiliza para dar esponjosidad a cocas, bizcochos, magdalenas. Cada dosis tiene dos sobres, uno blanco con gasificante (bicarbonato sódico) y uno azul con acidulante (ácido málico y ácido tartárico). Cuando en una receta aparece este ingrediente hay que utilizar los dos sobres, a no ser que se diga lo contrario. En esta en concreto, son tres sobres, o sea tres de cada color. Lo venden en todos los supermercados; yo lo compro en Mercadona de la marca Hacendado.

- Se puede aromatizar la masa con ralladura de naranja o limón, o darle distinto sabor con una cucharadita de esencia de vainilla, o una cucharada de cacao en polvo.

- Pruébala con un buen chocolate caliente en los fríos días de invierno; o corta la coca en cubos, funde chocolate negro y báñalos, como en esta foto




sábado, 18 de noviembre de 2017

DORADA A LA PLANCHA CON SALSA DE ALMENDRA Y AZAFRÁN


La dorada es un pescado que no necesita muchos aderezos; simplemente a la plancha con aceite de oliva virgen y sal está buenísimo. Si además la acompañamos con esta salsa de almendra y azafrán, inspirada en la lubina en salsa de webos fritos, y añadimos espárragos verdes y tomates cherry, disfrutaremos de un bocado maravilloso.

Ingredientes:

- Cuatro lomos de dorada.
- Un diente de ajo.
- Media cebolla.
- Ocho almendras crudas o tostadas.
- Perejil fresco.
- Unas hebras de azafrán.
- Una cucharada de harina.
- Medio vaso de vino blanco.
- Un vaso de fumet.
- Tomatitos cherry.
- Un manojo de espárragos verdes.
- Aceite de oliva virgen.
- Pimienta negra recién molida.
- Sal.

Preparación: 

Comenzamos con la salsa: pelamos el diente de ajo; pelamos, lavamos y picamos la cebolla en brunoise, y lavamos unas hojas de perejil. 

En una cazuela con un hilo de aceite de oliva virgen, doramos el diente de ajo entero, y lo reservamos en el mortero. En ese mismo aceite, freímos la cebolla con una pizca de sal hasta que se dore.

Añadimos al mortero las almendras y las hojas de perejil, las majamos con la maza y reservamos.

Cuando la cebolla esté dorada, añadimos una cucharada de harina y la rehogamos hasta que se tueste un poco, removiendo con una cuchara para evitar que se queme. Incorporamos el vino blanco, removemos, y dejamos que cueza cinco minutos para que evapore el alcohol. Añadimos las hebras de azafrán y el fumet, y cocinamos durante otros cinco minutos. Incorporamos el majado de ajo, almendra y perejil, y cocemos hasta que reduzca y espese. Trituramos la salsa, comprobamos el punto de sazón y rectificamos si es necesario. Reservamos.

Mientras preparamos la salsa, lavamos los espárragos verdes, les quitamos la parte dura del tronco y los troceamos. Lavamos también los tomatitos sin quitarles el pedúnculo. Y limpiamos el pescado, y le quitamos todas las espinas.

Una vez tengamos lista la salsa, salteamos los espárragos y los tomates, en sartenes separadas con un hilo de aceite de oliva virgen. Retiramos y sazonamos.

Calentamos una plancha o sartén con unas gotas de aceite de oliva virgen, y asamos los lomos de dorada. Primero por la parte de la piel, sujetando el pescado con una espátula para que no se doble sobre sí mismo, damos la vuelta, cocinamos y retiramos. Tan sólo necesita medio minuto por cada lado; si lo cocinamos en exceso se reseca. Salpimentamos.

Y al plato: la salsa, la dorada, espolvoreamos con un poco de perejil picado, y acompañamos con los tomatitos y los espárragos. Natural y muy bueno.

Consejos:

- Cuando el pescado entra en contacto con la plancha, la piel se encoje y el pescado se dobla sobre sí mismo. Para evitarlo, hay que sujetarlo poniendo una espátula encima y ejerciendo una ligera presión. No hay que apretar ni aplastar el pescado, porque pierde jugos.

- Los tomates hay que saltearlos lo justo para calentarlos, de lo contrario se romperán y quedarán muy blandos. 

- El perejil que espolvoreamos por encima se pica a cuchillo. Hay que hacer una especie de bola con las hojas, sujetarla sobre la tabla de cortar y picar con el cuchillo. Así queda suelto y no se machaca la hoja.

- El azafrán en hebra es caro, pero cunde mucho porque se utiliza muy poco cada vez. En esta receta, sólo necesitamos cinco o seis hebras, y el sabor y color que aporta es maravilloso. Vale la pena, sin duda.

- Cuándo añadimos harina para espesar una salsa, hay que cocinarla bien para que no tenga sabor a harina cruda.

- Esta salsa está riquísima también con otros pescados, como lubina, lenguado, bacalao, merluza y pescadilla.




viernes, 17 de noviembre de 2017

CHUTNEY DE MANGO


El chutney es una especie de compota agridulce de fruta o verdura, cocida con vinagre, azúcar y especias, de origen indio y muy utilizada en la cocina inglesa. Son fantásticos para acompañar carnes, quesos y, en el caso del chutney de mango, el foie. Ésta es la maravillosa combinación clásica: foie con chutney de mango, aunque os aseguro que con unos simples filetes de pechuga de pollo o pavo a la plancha también es una delicia.

Y, lo mejor, no tiene ninguna complicación prepararlo. 

Ingredientes:

- Un mango maduro.
- Una cucharada de miel o azúcar.
- El zumo de medio limón. 
- Una cucharadita de jengibre fresco rallado.
- Las semillas de una vaina de cardamomo.
- Dos cucharadas de vinagre de Jerez.
- Una pizca de sal.
- Pimienta negra recién molida.

Preparación:

Lavamos, pelamos y cortamos el mango en pequeños dados, y lo cocemos a fuego lento durante diez minutos con el azúcar, el zumo de medio limón, el jengibre fresco rallado, las semillas de una vaina de cardamomo, el vinagre de Jerez, una pizca de sal y de pimienta negra recién molida. Hay que remover la mezcla para que no se queme.

Seguidamente, lo trituramos, lo pasamos por el chino, y listo.  

Consejos:

- Vigilad la cocción porque se quema facilmente. Debe cocer a fuego lento, y removiendo.

- Si queda muy espeso, se puede aligerar con unas gotas de agua.

- Tened en cuenta que es agridulce; por ello, si el mango es muy dulce no será necesario añadir azúcar o miel.

- Congela perfectamente.

- Yo compro el cardamomo en el Mercado Central de Valencia. No lo venden en los supermercados como Mercadona, Lidl o Consum. Para esta receta, hay que abrir la vaina y utilizar las semillas, que vemos en esta imagen:



martes, 14 de noviembre de 2017

FIDEOS SOBA CON SALMÓN TERIYAKI Y ESPINACAS


Hoy os traigo una receta de inspiración asiática; en concreto unos fideos soba, una pasta diferente que nos llega de Japón. Soba, en japonés, designa el trigo sarraceno o alforfón, y también los fideos elaborados con él.

Recuerdan a los tallarines, aunque son más finos y oscuros. Se comercializan empaquetados, y divididos en raciones unidas por una pulsera de papel.

En esta ocasión los he cocinado con salmón fresco, verduras y mi salsa teriyaki casera, con un resultado buenísimo.

Ingredientes para cuatro personas:

- Un paquete de fideos soba.
- 250 gramos de salmón fresco sin espina.
- Una cebolla.
- Un puerro.
- La cuarta parte de una col o repollo blanco liso.
- Una zanahoria grande.
- Dos manojos de espinacas.
- Salsa teriyaki casera (receta aquí).
- Sésamo tostado.
- Aceite de oliva virgen.
- Aceite de sésamo.
- Sal. 

Preparación:

Comenzamos con el salmón: lo lavamos, le quitamos la piel y todas las espinas, y lo troceamos en pequeños dados. Lo mezclamos con la salsa teriyaki en un taper, tapamos, y dejamos en el frigorífico durante, al menos, una hora.

Lavamos y cortamos las hojas de las espinacas en juliana, y reservamos en un colador para que escurran el agua.

Pelamos, lavamos y cortamos en juliana fina la cebolla, el puerro, la zanahoria y la col, y lo salteamos en un wok o sartén con aceite de oliva virgen y aceite de sésamo en proporción 2-1 (dos cucharadas de aceite de oliva por una cucharada de aceite de sésamo). Lo ideal es que las verduras queden al dente, es decir, que no estén muy blandas; sazonamos, probamos y reservamos.

Llevamos agua a ebullición en un puchero amplio, y cocemos los fideos soba durante el tiempo indicado por el fabricante en el paquete. Escurrimos con un colador, y después los sumergimos en agua fría. Veremos cómo el agua se enturbia; cuándo se enfríen, removemos para eliminar el almidón, y enjuagamos hasta que el agua salga clara.

Añadimos los fideos soba al wok con las verduras, mezclamos, y reservamos.

En una sartén con unas gotas de aceite de oliva virgen, salteamos ligeramente el salmón.

Salteamos las espinacas en otra sartén con un hilo de aceite hasta que estén crujientes, sin que se quemen. Deben estar perfectamente secas; si están mojadas salpicará el aceite.

Y emplatamos: los fideos soba con las verduras primero, después el salmón y, coronando, las espinacas crujientes. Espolvoreamos con el sésamo y listo, disfrute asegurado. Siempre es aconsejable servir salsa teriyaki aparte, para quién guste.

¿Qué es el trigo sarraceno o alforfón? 

Soba, en japonés, significa trigo sarraceno o alforfón, además de referirse también a los fideos elaborados con él. A pesar de su nombre, no es un cereal y por eso no contiene gluten (aunque los fideos que se comercializan contienen también harina de trigo, por lo que no son aptos para celíacos). 

Contiene hidratos de carbono complejos con un contenido alto de proteínas, y aminoácidos esenciales (sobre todo lisina). Es rico en vitaminas del grupo B, ácido linoleico, potasio y magnesio. 



miércoles, 8 de noviembre de 2017

PASTAS DE MANTEQUILLA RELLENAS DE CHOCOLATE


Las pastas o galletas de mantequilla son buenísimas, y si las rellenamos de chocolate se convierten en una delicia. Y si son caseras, mejor.

Ingredientes:

- 125 gramos de mantequilla en pomada.
- 50 gramos de azúcar glacé.
- Un huevo mediano.
- 175 gramos de harina.
- Una pizca de sal.
- Chocolate negro para fundir.

Necesitamos una manga pastelera y una boquilla. Y es aconsejable una batidora eléctrica de varillas, y un tamiz.

Preparación:

Comenzamos con el chocolate: cortamos barritas de un tamaño menor al de las pastas (cuatro centímetros aproximadamente), y las metemos en el congelador.

Preparamos una bandeja de horno cubierta con papel para hornear.

Con una batidora de varillas, o unas varillas manuales, batimos la mantequilla en pomada con el azúcar hasta que esté esponjosa, añadimos el huevo y seguimos batiendo hasta que se integre. 

Mezclamos la harina con una pizca de sal, la tamizamos, y la añadimos en forma de lluvia poco a poco a la mezcla de mantequilla, mezclando con una espátula y movimientos envolventes suaves y lentos.

Metemos la masa en una manga pastelera con una boquilla de estrella, y vamos haciendo tiras de unos cinco centímetros, colocamos una barrita de chocolate congelada, presionamos ligeramente, y cubrimos con otra tira de masa. Continuamos hasta terminar la masa, y horneamos 10 minutos a 180º, o hasta que estén doraditas.

Cuando las saquemos del horno, las colocamos sobre una rejilla para que se enfríen sin que se humedezca la base.

Se conservan bien en una caja metálica, aunque están tan buenas que no durarán mucho tiempo.

Consejos y técnicas:

- La mantequilla en pomada es mantequilla blanda. Para conseguirla hay que dejarla a temperatura ambiente hasta se reblandece; el tiempo necesario dependerá de la temperatura de la cocina. También podemos calentarla en el microondas diez segundos, y repetir hasta que esté blanda, pero  no derretida.

- Os aconsejo utilizar una batidora de varillas eléctrica, que acorta el trabajo y los tiempos.

- Congelamos el chocolate para que aguante en el horno y no se derrita demasiado pronto. 

- A mí me gusta utilizar chocolate negro, porque su amargor contrasta perfectamente con el dulzor de la galleta, pero se pueden preparar con chocolate con leche, blanco, a vuestro gusto.

- Al tamizar la harina conseguimos que no se formen grumos en la masa. Se puede hacer con un colador, o con un tamiz; el de la foto es muy práctico porque se tamiza la harina apretando la doble asa. Si utilizáis otro modelo o un colador, hay que darle golpecitos suaves con la mano para que caiga la harina.

 Resultado de imagen de tamiz cocina


sábado, 4 de noviembre de 2017

ARROZ AL HORNO {ARRÒS AL FORN}


Hoy arroz y, en esta ocasión, vamos con el arroz al horno que, junto a la paella valenciana, son sin duda los más conocidos de mi tierra, Valencia.

Reconozco que ambos fueron mi caballo de batalla porque, aunque siempre me ha gustado cocinar, comencé con recetas nuevas que leía en libros, revistas y, sobre todo, en unas fichas coleccionables que aún conservo: La buena cocina. Casi nunca cocinaba platos tradicionales y, cuando me puse a ello fue un desastre. Recuerdo mi primer arroz al horno, con la misma cantidad de agua que de arroz, crudo, crudísimo, nadie pudo comerlo. Mucho ha llovido desde entonces, aprendí escuchando a mi madre y practicando, porque nadie nace enseñado.

Y volviendo al arroz al horno, se trata de un plato contundente, riquísimo para comer de vez en cuando, acompañado de una ensalada ligera y una fruta. Antiguamente se preparaba con los restos del puchero valenciano, del que os hablaré en otra ocasión.

Era uno de los platos favoritos de mi padre y, en un día tan especial como hoy, esta receta va dedicada a él, con un emocionado recuerdo.


Ingredientes para cuatro personas: 

- Cuatro medidas de arroz redondo (cuatro cucharones). 
- 100 gramos de garbanzos.
- 250 gramos de costillas de cerdo en trozos pequeños.
- Cuatro longanizas.
- Cuatro morcillas, de carne o de cebolla, o de ambas.
- Dos cortadas de panceta.
- Una patata grande.
- Un tomate rojo grande.
- Una cabeza de ajos.
- Colorante alimentario.
- Una cucharadita de pimentón dulce.
- Aceite de oliva virgen.
- Sal.

Preparación:

La noche de antes ponemos los garbanzos en un bol amplio con una cucharadita de sal, y cubrimos con agua abundante, porque los garbanzos crecen.

Al día siguiente, preparamos nuestro arroz. Ponemos al fuego una olla grande con tres cuartas partes de agua y, cuando hierva, añadimos los garbanzos lavados y escurridos, con una cucharadita de sal y otra de colorante alimentario.

Calentamos una sartén con un chorro de aceite, lavamos las costillas, las secamos bien, sazonamos, y las freímos hasta que se doren. Conforme estén listas, las metemos en la olla con los garbanzos, la tapamos y dejamos que cueza a fuego lento durante dos horas, o hasta que los garbanzos estén tiernos. Reservamos la sartén con el aceite de freír las costillas.

Mientras se cuecen los garbanzos, pelamos, lavamos y cortamos la patata en lonchas gruesas; lavamos el tomate, le quitamos el pedúnculo, y lo cortamos por la mitad. Quitamos las pieles blancas de la cabeza de ajos, quitamos las hebras que suelen tener en la parte inferior, y la lavamos muy bien; todo ello sin que se desprendan los dientes de ajo.

Preparamos una cazuela de barro con cuatro cucharones de arroz redondo, y reservamos.

En el mismo aceite en el que hemos dorado las costillas, freímos las patatas, y las añadimos al arroz. Seguidamente, cortamos cada loncha de panceta en cuatro trozos, las freímos en el mismo aceite, y reservamos. Lo mismo con las longanizas y morcillas, freímos y reservamos. Por último, doramos el tomate, vuelta y vuelta, también la cabeza de ajos, y reservamos. Quitamos la sartén del fuego, añadimos una cucharadita de pimentón dulce al aceite, y lo vertemos sobre el arroz. Removemos bien para que cada grano se impregne del aceite y de su sabor. Colocamos los ajos, el tomate, la panceta, las longanizas y morcillas sobre el arroz.

Precalentamos el horno a 200 º.

Colamos el caldo de cocción de las costillas y los garbanzos, e incorporamos ambos al arroz. Añadimos ocho medidas de caldo (ocho cucharones), horneamos durante veinte minutos, y a disfrutar de un arroz riquísimo. 

Consejos:

- Los ingredientes están pensados para que cada comensal coma una longaniza y una morcilla. Si no va a ser así, reducid el número de ambas a las que se vayan a consumir.

- Los garbanzos, a diferencia de otras legumbres, se cuecen siempre desde agua hirviendo.

- Este arroz se cocina siempre en cazuela de barro. No sé cómo es el resultado con otro tipo de fuentes de horno, porque nunca lo he probado.