domingo, 7 de enero de 2018

ATADILLOS DE QUESO DE CABRA CON PIÑONES Y CANELA


Cuando mis hijos eran pequeños, viví una de las experiencias más gratificantes de mi vida: formé parte del equipo del AMPA responsable de la Biblioteca del Colegio al que asistían. Además de conocer y trabajar con personas maravillosas cuya amistad conservo y valoro, tuve la gran oportunidad de estar rodeada de libros un día a la semana, de descubrir inolvidables lecturas infantiles y juveniles, y de participar en proyectos ilusionantes que se convirtieron en realidad. Entre dichas lecturas, una aunó mi pasión por la lectura y por la cocina: La cocina de las hadas o cómo hacer maravillas sin ser hechicera, escrito por Anna y Annie Pavlowitch, un libro con más de 50 recetas poéticas y fáciles de preparar para convertir tu vida en un cuento de hadas, según reza su contraportada. Y aseguro que dicha afirmación es cierta; el libro comienza hablando de hadas ilustres, de pociones mágicas, de decoraciones feéricas, adentrándose poco a poco en recetas maravillosas como el Filtro de amor a las frambuesas, el Damero de patatas de Alicia, las Mariposas al tomillo, o estos Atadillos de queso de cabra con piñones y canela que, sin más dilaciones, os cuento cómo se preparan.

Ingredientes para cuatro atadillos:

- Cuatro hojas de pasta brick.
- Cuatro porciones de queso de cabra sin corteza.
- Un huevo.
- 80 gramos de pan rallado.
- 100 gramos de piñones.
- Media cucharadita de canela.
- 4 tallos de cebollino (os aconsejo más por si se rompen).
- Aceite de girasol.
- Pimienta negra recién molida.
- Sal.

Preparación:

Precalentamos el horno a 180º.

Ponemos a remojo los tallos de cebollino en agua caliente para ablandarlos. Mientras tanto, desmenuzamos el queso de cabra con un tenedor; incorporamos el huevo batido con la canela, los piñones rotos con la mano, el pan rallado, sal y pimienta negra, y mezclamos con el tenedor. Comprobamos el punto de sazón y rectificamos si es necesario. Dividimos esta preparación en cuatro porciones iguales, y colocamos cada una de ellas en el centro de una hoja de brick. Doblamos la hoja hacia el centro, y la recogemos atándola con un tallo de cebollino; continuamos hasta tener los cuatro atadillos. Pincelamos una fuente de horno con aceite de girasol, que debe ser lo suficientemente grande para que no se toquen, y disponemos los atadillos. Horneamos hasta que se tueste la pasta brick, quince minutos aproximadamente.

Espero que os guste tanto como a nosotros, en especial a mi hija Andrea.

Sabemos lo que comemos, la pasta brick: 

La pasta brick es una lámina finísima de masa, parecida a la pasta filo pero con menor nivel de hidratación, es decir, que se seca con más facilidad una vez la sacamos de su envoltorio. Esto significa que su manejo requiere rapidez porque cuando se seca se rompe con facilidad. Su sabor es neutro, y por ello se utiliza tanto en preparaciones saladas como dulces. Son muy utilizadas en la gastronomía turca, la del magreb y en centro Europa, siendo mundialmente conocidas elaboraciones tradicionales como el baklava, las spanakopitas y el strudel. Actualmente es fácil encontrarlas en la zona de refrigerados de los supermercados.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario